Por: Carlos F. González
Fuente: Propia
La ruptura de un hogar es un proceso muy doloroso y para la pareja donde los sentimientos se confunden y a veces aunque las separaciones se lleven a cabo, ambas partes tienen un profundo pesar por las lindas experiencias del pasado compartídas. Cuando una unión se consuma, es por que hubo amor y pasión envueltas, pero, por diferentes razones ya sea por finanzas, infidelidad ú otras de índole muy personal es que se llega a la decisión de la separación. Claro, la pareja sufre, pero, más sufren los hijos.
Los Niños y los Jóvenes al ser criados por ambos Padres, se han acostumbrado a ver y a compartir con sus Padres. Se han acostumbrado a que por la mañana Mamá ó Papá los lleve a la escuela, por la tarde se le recoja de la escuela. Que al tener una duda, puede contar con Papá para que le ayude por las experiencias que él ha tenido en su vida.
Al tener unas asignaciones de la escuela que no entiende, Mamá saca siempre el tiempo para poder ayudarle a sus niños. El cambio repentino de no tener a los dos Padres presentes es un trauma Psicológico muy grande para los niños y jóvenes que tienen que pasar por eso. Hay muchos Padres que ya no se quieren y por no ponerles un Padrasto ó Madrasta a sus hijos viven una vida de tormento y sufrimiento a lado de su cónyuge.
Muchos de los niños de sienten furia y enojo al saber que sus Padres se van a separar para siempre y se preguntan cómo será sus vidas despues de la separación de sus progenitores. Pero en caso de que la separación sea inevitable, la manera en que usted se comunica con sus hijos y cómo le explica a ellos la manera en que se vivirá de ahora en adelante será impresindible para que la salud y actitud mental de sus hijos continue siendo saludable. A los hijos no se le debe mentir. Siempre se le debe decir la verdad con le mayor tacto posible y nunca pero nunca se debe hablar mal ó negativo de su ex-conyuge.
Los problemas de la pareja son de la pareja y los hijos no tiene porqué enterarse de los problemas suyos con su ex-pareja. Cuando sus hijos le pregunten el qué fué lo que pasó, se debería limitarse a decirles que es que hubieron unas diferencias que no tuvieron solución y que por lo tanto es mejor que cada uno continue por su lado. A los niños les gusta sentirse seguros de que tendrán a sus Padres presentes durante la etapa de su crecimiento y al usted asegurarle a ellos que el único cambio que sucederá es que no va a ver a sus dos Padres juntos, pero que siempre tendrá el apoyo de ambos Padres; eso le ayudará a proveerles algún tipo de consuelo.
Acuérdese que los que se están separando ó divorciando son los Padres. Los Padres nunca se divorcian de sus hijos. Es triste y muchas veces hasta patético al ver que algunos Padres cuando se divorcian de sus esposas y automáticamente se divorcian de sus hijos y al hacer eso los hijos, le cojen un odio extremo a su Papá.
Un factor muy importante que se debe tener siempre presente es que un divorcio le puede causar un depresión y trauma muy severo a sus hijos y por lo tanto mientras con más suavidad se le explique a sus hijos de cómo sobrevendrá ese cambio en sus vidas, más fácil se acostumbrarán a esa transición tan abrumadora.
Pero cuando una pareja se une por primera vez, no se piensa en la sepación y si hay alguna manera de arreglar los problemas, trate de hacerlo ya que al final los que siempre sufren más son sus hijos.
Desde Borínquen, Carlos F. González
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