Por: Carlos F. González
Fuente: Propia
Todos tenemos deudas que pagar, algunos más que otros. Lamentablemente, somos todos parte de un sistema de vida social que todo envuelve el uso del dinero. Si vamos al supermercado, no nos regalan los productos que queremos o necesitamos. Si vamos a la gasolinera, no nos obsequian el combustible. Al buscar residencia tenemos que tener algún tipo de ahorro para adquirirla y una entrada fija todos los meses para mantener ese hogar. Al fin y al cabo el mundo da vueltas a base del dinero.
Para poder conseguir esa entrada mensual, al menos que haya nacido con una cuchara de plata en la boca, todos tenemos que trabajar.de una manera u otra. Muchos de nosotros nos gusta tener un estilo de vida extravagante y otros se conforman con lo poco que puedan obtener de la vida. Para casi todos nosotros, nuestro empleo representa un factor importante en nuestras vidas el cual es la herramienta principal para mantener nuestro estilo de vida. Es tan importante el tener un empleo que matrimonios de mucho tiempo, han terminado en divorcios dolorosos solo por la pérdida de empleo de una de las partes.
Los jóvenes universitarios muchas veces recurren a empleos de tiempo parcial para poder costear sus gastos educativos ya que “sin la plata no baila el mono”. En cientos de lugares de empleo, existen áreas sensitivas que dependen mucho de la honestidad del empleado. Muchas empresas invierten cientos de miles de dólares anuales para investigar a candidatos de trabajo ya que puede ser que estos estén encargados de cuentas con millones de dólares o más aun pueden ser responsables de las vidas de otros seres humanos. Ahí es donde entra la moralidad y valores de los individuos para tomar la decisión de emplearles.
Ahora bien, tomando todo esto en consideración, valora usted realmente lo que tiene entre sus manos? He visto durante mi recorrido en la vida a personas que llevan muchísimo tiempo trabajando para su patrón, dejar todo eso caer y hasta perder sus beneficios por realizar algún tipo de hurto por una necesidad inmediata. Cuando a una persona se le expulsa de su lugar de empleo, todos esos informes van a un archivo en el Departamento del Trabajo lo cual futuros patronos prospectos tienen acceso a esa información y por ende le puede costar esa oportunidad de empleo.
Por eso es imperativo el ser honestos en nuestros lugares de trabajo. Otra cosa que nos debería obligar a ser honestos es la situación económica por la cual estamos pasando. Los empleos están muy escasos y aquellos que los tienen los cuidan por temor a pasar las necesidades que tanto tememos. Cuan honesto es usted en su lugar de trabajo? Esa es una pregunta que deberíamos analizarla individualmente y detenidamente para no caer en una fosa de la cual nos costara mucho trabajo salir de ella.
Desde Borinquén, Carlos F. González
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